«Soy simplemente un capitán de un gran barco, donde me acompaña un gran equipo», dijo Zayas, quien, junto a un equipo de producción integrado por más de 100 personas, admitió que ha sido un agotador proceso de reuniones, viajes, tanto nacionales como internacionales y un «arduo trabajo de mucha gente por el que se siente profundamente agradecido».
Las convocatorias a los voluntarios se iniciaron en septiembre, se llevaron a cabo en las zonas norte y sur del país, donde se les dio clases para enseñarles los pasos del baile, pues la regla del récord no es de tiempo, si no de la mayor cantidad de parejas danzando la misma coreografía.
La segunda fase vino en octubre, en la que se involucraron los ballet folclóricos y escuelas de baile nacionales: Kimbara, en el sector Los Prados; Muévete Estudio, en la sede de Santo Domingo y el Centro de Danza Aida Guzmán, de Villa Mella.
«Donaron su tiempo, su espacio y sus profesores para enseñar (a los voluntarios) todo lo que es El Merengón», manifestó Zayas. «Se nota la armonía y la unión que existe en el evento».
Así, el merengue unió a cientos de desconocidos que bailaron al compás de un ritmo cuyos orígenes es motivo de debates, se tomaron fotos y las compartieron en redes, en homenaje a la historia del ritmo nacional, que es sostén de la alegría de todo un pueblo. EFE